CDCblog: Cuestiones Harto Cuestionables – The Blind Boys of Alabama

Por • Oct 20th, 2010 • Categoria: Cuestiones Harto Cuestionables

blindboysI See the Light – The Blind Boys of Alabama

El divorcio que hay entre los discursos seculares y los confesionales son tan odiosos pero tan reales, que hasta en la música se hacen evidentes. Géneros como el gospel, el soul y el country han sido desde sus inicios un brebaje, no solo de sonidos sino de sensibilidades y cosmovisiones. Los intérpretes se desenvolvieron  tanto en el altar donde en actitud de adoración reverencial integraban el coro de la iglesia, como en los escenarios donde ellos recibían las dádivas de los espectadores que los idolatraban; Sarah Vaughan inició en la Iglesia Bautista del Monte-Sión y Elvis Presley “El rey del rock” tiene una carrera de música espiritual muy convincente; por nombrar algunos.

Con el pasar de los tiempos, por intereses meramente comerciales, el termino gospel fue acuñado por los realizadores de música popular con contenido lírico espiritual. Se sacrificó el valor intrínseco de un género consistente, con una historia y un abolengo musical incalculable, por el interés de permear la cultura con discursos religiosos que poco impactan.

La consecución de discografía gospel en una tienda musical es una aventura imposible; ésta empieza con un letrero grande de color rojo que ofrece “gospel” y un estante atiborrado de discos de Marcos Witt, Alex Campos o Hillsong que poco tienen que ver con la palabra original “GodSpell”, que en castellano se traduce como «Llamada de Dios”. Estos respetables intentos compositivos con intención de  reflejar los valores de la vida cristiana, deben ser llamados por su nombre: Música popular con discurso confesional (MPDC).

En vista de esta dificultad, y berrinche personal, fue un verdadero milagro ver en Bogotá, en el marco del 22o Festival de Jazz del Teatro Libre, una banda  como The Blind Boys of Alabama (BBA). Esta institución lleva más de medio siglo considerando el quehacer musical como una misión, ha sido merecedor de 5 premios Grammy, ha vendido millones de discos con el sello Real World de Peter Gabriel y en vivo conserva una fuerza inigualable, que la convierten en una experiencia musical única, aclamada alrededor del mundo entero.

Tomados de los brazos, ingresan a paso lento cuatro sujetos impecablemente vestidos de blanco y  lentes oscuros, se acomodan obedientemente uno en la batería y los tres restantes en sillas dispuestas al frente del escenario. De la forma más jovial y cálida saludan a un público que aplaude como si fuera la despedida. Y luego de semejante recibimiento, el silencio alterna con la euforia durante hora y media, generando una atmosfera espiritual donde la experiencia sensorial musical se mezcla con una paz, a la que el entendimiento no da razón.

En lo puramente musical hay una estructura sólida sustentada en un bajo sencillo y la batería interpretada por Ricky McKinnie, quien a pesar de la limitación visual es correcto y cuando accidentalmente la baqueta pega en el aro del tambor, pareciera intencional. Joey Williams no es ciego, hace un espectáculo cómico con sus compañeros, se enfunda una guitarra Les Paul, inmensa, de color blanca y lo lleva a uno a recordar la exclamación “ese negro si toca” de Alejo Durán. El tridente vocal está conformado por Billy Bowers en la derecha, de voz gruesa, a razón de sus aproximados 120 kilos peso se quedó sin aire faltando dos temas para acabar el concierto, por andar saltando; a la izquierda Ben Moore con una voz dulce, y en el centro el gran Jimmy Carter que logra, a pesar de su senectud, prolongar sus gritos por más de treinta segundos generando la histeria colectiva.

El repertorio incluyó temas predecibles como “A Change Is Gonna Come”, “Way Down in the Hole” y “Don’t Have to Be So Sad”. Sorprendieron con una versión de “Amazing Grace” con la armonía que The Animals le imprime a “House of Rising Sun”, logrando un nuevo sentido espiritual como desagravio a la sufrida New Orleans; una versión del clásico “People Get Ready” famosa en voz de Curtis Mayfield y un cover de “Higher Ground” de Stevie Wonder, demostrando así que lo confesional no riñe con lo secular, incluso quedó demostrado que se pueden complementar.

Soy creyente, y confeso a gran variedad de estéticas musicales. Una de ellas el gospel. Y como asistente frecuente a iglesias y a conciertos puedo afirmar que la experiencia espiritual de esa noche tiene una singularidad no emocional. Me preguntaba cómo alguien que durante toda su vida ha permanecido ciego puede cantar convencido “I See the Light” y la respuesta tiene un carácter Divino evidente en la sonrisa y testimonio de los chicos ciegos de Alabama; pero también por una tradición musical como el gospel, tan sincera, con tanto peso y carácter, que hace cierta la frase del poeta Juan Manuel Roca: “la música es la luz de los ciegos”.

Cuestión harto cuestionable: No existe el rock cristiano, ni la salsa o rap cristiano, ni ningún género musical con ese apelativo. Eso se debe llamar: Música popular con discurso confesional (MPDC). Pídalo así en su discotienda más cercana.

Una última cuestión: ¿Interesado en BBA? Recomiendo un especial que realizó Juan Carlos Garay en HJCK.com a mediados de febrero, aún esta disponible en el archivo de la página. ¿Interesado en gospel? Una muestra en el archivo de RADIOCAMPIRANA.

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es realizador de Radiocampirana, tribuna desde donde proclama la tolerancia musical basado en La Sonora Matancera, Sonic Youth y Gustav Mahler. Consciente de que lo que escribe con la mano lo borra con el codo – debido a su dominancia izquierda- prefiere ser flaco que famoso y cuando grande quiere ser un Otto de Greiff.
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2 Respuestas »

  1. Aunque no comparto el sistema de creencias del blogguero, saludo complacido su interés por expresiones musicales en las que de manera más o menos subjetiva -o decididamente objetiva- puede uno encontrar aproximaciones al éxtasis, o por lo menos, a estéticas diversas de las que nos imponen desde la radio y la televisión comerciales.

  2. Lo felicito Andrés, su relato es un consenso.