CDCblog: Los 15 discos favoritos de 2013 de Umberto Pérez

Por • Jan 14th, 2014 • Categoria: CDCstaff

No acaba de iniciar 2014 y ya se habla de los discos que harán historia en el nuevo año, pero como es habitual desde hace un tiempo, pasadas las fiestas, presento acá, en Cortesía de la Casa, las grabaciones editadas en 2013 que más me representaron alegrías y sorpresas. Refleja, básicamente, mi afición por la canción popular, nada más que eso, y mi deseo por contagiar un poco a los lectores curiosos de esa alegría hecha música.

1. David Bowie – The next day: Así como hiciera Ziggy Stadust en 1973, treinta años después, casi como por arte de magia, David Bowie desapareció de los escenarios (con excepción de contadísimas ocasiones), las galerías, las pasarelas y las tiendas de discos. Y al día siguiente, que fueron diez años más, como por arte de esa misma magia que es su capacidad para corresponder a los tiempos, volvió para decir presente y seguir sentando cátedra. La mañana del 8 de enero de 2013, el día de su cumpleaños 66, Bowie sorprendió a toda la humanidad con un sencillo que anunciaba una nueva y esperada grabación. “The next day” no sólo es un álbum valioso y gozoso porque represente su regreso, no, también es un disco que continúa con esa intención del Bowie de principios de siglo por volver sobre sus pasos con maestría para extender y actualizar sus inquietudes sonoras y su imaginario personal, parándose esta vez en la frontera que separa los años setenta de los ochenta o, dicho de otra forma, a “Lodger” de “Scary monsters”.

2. Ariel Rot – La huesuda: Siete discos en estudio después de la separación de Los Rodríguez, Ariel Rot sigue confirmando que la elegancia rockera lleva su nombre. Un “grandes ligas” que, injustamente tratado por la industria y los medios pero a la misma altura de apellidos como Nebbia, García o Ríos, se mantiene incólume, resistiendo y haciendo lo que sabe: canciones enormes. Y no falla. Como sus registros anteriores
“La huesuda” es un disco de altísima orfebrería tanto en lo musical como en sus letras; nada que resulte extraño para quienes le hemos seguido la pista desde 1997 pero sí muy gratificante. Sin que las guitarras cedan su protagonismo, el piano y las canciones de tiempos medios adquieren mayor relevancia en un álbum en el que el desencanto -síntoma de los tiempos que corren- pasado por el filtro de la aceptación nos permiten encontrar al Ariel Rot más corrosivo de los últimos años.

3. Pablo Dacal y las Guitarras del Tiempo – El corazón es el lugar: La obra del argentino Pablo Dacal, que ya suma cuatro discos de larga duración, es un desafío a la tradición y a la vanguardia para que caminen juntos de la mano de la música popular. “El corazón es el lugar” es un álbum que late en el siglo XXI pero al ritmo de las primeras décadas del XX; en él, Dacal junto a Julio Sleiman y Nicolás Pascuzzo -o las
Guitarras del Tiempo- invocan a las sonoridades propias del tango, el vals y la milonga para dar forma a unas canciones cuyas letras, como son habituales en Dacal, permiten encontrar a un autor inquieto e incómodo por los días que pasan y en particular por los días que vendrán, apostando siempre por el cambio y motivado por el espíritu de la libertad.

4. Guy Clark – My favourite picture of you: Con 72 años de vida y más de cuarenta en las carreteras humedecidas de bourbon, el enorme Guy Clark sigue grabando discos de hondo calado. “My favourite picture of you” es un precioso homenaje a Susanna Clark, su esposa fallecida en 2012. Caminando la misma cuesta arriba de tipos tan duros y tiernos como Hank Williams, Johnny Cash, Townes Van Zandt o Waylon Jennings, Guy Clark sigue cantando historias de corazones rotos y supervivientes, en un disco de arreglos sencillos que realzan su voz cansada y su guitarra. Mientras Guy Clark siga haciendo canciones y algunos, así sean pocos, le sigan en su camino, el espíritu del country seguirá resistiendo al embate del lado más comercial del género.

5. Fernando Cabrera – Viva la patria: Si hay algo que obsesione y por lo que sienta devoción el cancionista uruguayo Fernando Cabrera son justamente la canción y Montevideo. Después de visitar el cancionero popular uruguayo en el álbum “Canciones propias” y de editar “Intro”, su primer poemario, Cabrera vuelve a presentar un álbum con temas de su propia cosecha en “Viva la patria”, un disco en el que abordando historias de su barrio, sus calles y su ciudad explora los rincones más oscuros del ser humano, eso sí, siempre desde una óptica sonora genuina a tal punto que, a día de hoy, Fernando Cabrera es referencia y faro que ya ilumina más allá del Río de la Plata.

6. Bill Callahan – Dream river: Desde su último disco bajo el seudónimo de Smog, “A river ain’t too much to love”, editado en 2005, Bill Callahan se inclinó a vestir sus canciones con las sonoridades del country alternativo y el folk, alejándolas del ruidismo propio del lo-fi, del que fuera prevursor. Desde entonces, en cada disco Callahan ha explorado diferentes instrumentaciones y siempre ha dado en el blanco al conseguir que la música comulgue con temáticas introspectivas y reflexiones lapidarias, que son su sello de fábrica. En “Dream river”, el autor se atreve a probar con algunas maneras del folk británico dotando de mayor encanto a las ocho canciones que componen un disco crepuscular y mayúsculo.

7. Alejo García – Americanito: Desde “Buscando luces”, su primer disco editado en 2002, el cancionista antioqueño Alejo García dejó clara su vocación de explorador sonoro y espíritu musicológico investigando sobre músicas tradicionales tanto de las costas colombianas como del interior, para amalgamarlas luego con la canción popular desde una óptica aguda pero siempre luminosa. “Americanito” hace honor a su nombre, en 2011 Alejo se dio a la fuga para recorrer, conocer y asimilar las músicas tradicionales del Perú, Bolivia, Chile, Paraguay, Argentina y Uruguay, escribir y grabar canciones y así concebir un álbum maduro de espíritu continental y contemporáneo.

8. Paul McCartney – New: Y el genio ha vuelto a hacerlo. Entre la edición de “Memory almost full” y “New” pasaron seis años en los que Macca se dedicó a recorrer el mundo tocando su repertorio inmarcesible y editar discos en directo, clásicos, experimentales y de standards de jazz. Un tipo inagotable. Con la creatividad siempre en órbita, volvió a poner la producción del disco en manos gente igual de creativa a él pero más joven -al igual que hiciera en 2005 con “Chaos and creation in the backyard”, producido por Nigel Godrich-, tanto Ethan Johns como Mark Ronson, Paul Epworth y Giles Martin entendieron y se sintonizaron con la efectividad pop de las canciones de “New” dotándolas de arreglos contemporáneos y acordes a sus estilos personales para hacer de un “New” un clásico del siglo XXI.

9.Andrés Gualdrón y los Animales Blancos – Ciervo de dos cabezas: Más contundente que en su disco de debut, Andrés Gualdrón, junto a su banda,
consiguieron imprimir en “Ciervo de dos cabezas” el frenesí y la voracidad de sus directos. Poco espacio queda para tomar aire, apenas en un par de “baladas” ruidísticas pero que corresponden al concepto del álbum: una serie de postales sonoras cuyos personajes bien podrían pertenecer a un bestiario genuino, integrado también por Gualdrón, Rozo, Jiménez, González y Piñeros -los Animales Blancos-. Canción experimental, sí, pero pop, con asomos de cumbia, punk, noise, pero canción pop, al fin y al cabo.

10. Quique González – Delantera mítica: No cabe duda, desde hace ya varios años Quique González es el último gran referente del rock y del pop español. A puro pulso Quique fue construyendo una obra tan sólida como el roble, mamando de diferentes fuentes fue construyendo un estilo personalísimo -rock de autor, lo llamaron algunos, para otros, y me incluyo, cancionismo puro-; consagrado a su oficio de escribir grandes canciones en las se funden la melancolía, la calle, el corazón, la noche y la electricidad, González regresó a Nashville, como hiciera en 2009 con “Daiquirí blues”, para grabar “Delantera mítica”, su octavo disco de estudio, en el que, con ternura, amargura y muchos cojones, describe los días oscuros que transcurren en la década que corre, y a su vez le canta a los amigos que se llevan en el corazón durante toda la vida.

11.Ron Sexsmith – Forever endeavour: Apenas transcurren unos segundos de ‘Nowhere to go’ la primera canción de “Forever endeavour” y quien escucha siente una gratitud infinita porque, a pesar de todo, Ron Sexsmith sigue escribiendo y grabando canciones preciosas y buenas. Después de su brillante y luminoso experimento junto a Bob Rock en “Long player late bloomer”, el canadiense vuelve por sus fueros dejando la producción en manos de su antiguo socio, Mitchell Froom, para concretar un álbum otoñal y melancólico en el que florecen los arreglos de cuerdas y de vientos dentro de canciones pop perfectas. Como desde hace varios discos, Ron Sexsmith continúa creando piezas maestras, a su aire, como si nada.

12.Fabián – (La brisa leve) La luz distinta: Si en “Espera la primavera” (2007) y “Adiós, tormenta” (2009), dos pequeños discos con grandes canciones, un joven Fabián asomaba con fuerza y tersura en el panorama del cancionismo español, y en “Después del incendio…” dejaba claro que estábamos frente a un increíble hacedor de canciones con un estilo genuino; en “(La brisa leve) La luz distinta”, hace una pausa eléctrica
reafirmándose en su sonoridad. Con menos aires folk que en sus discos anteriores y acompañado de guitarras eléctricas, teclados y las voces de Quique González y Zahara, Fabián mantiene el preciosismo pero abre una puerta que, de cara al futuro, podría simbolizar la búsqueda mayor. Así deberían ser todos los discos de transición, sin fisuras.

13.Jonathan Wilson – Fanfare: ¿Dónde carajos estaba escondido Jonathan Wilson? Rastreándole la pista todo indica que detrás de la consola y el sonido de gente como Roy Harper, Chris Robinson, Glen Campbell, Will Oldham, Phil Lesh, Elvis Costello, Gary Louris y Dawes -banda a tener muy en cuenta-. Otra pregunta: ¿Cómo diablos puede contener y expresar con tanta belleza toda la música que contiene “Fanfare”? Aunque en su segundo disco participen tipos como Graham Nash, Jackson Browne, David Crosby, Benmont Tench, Mike Campbell y Pat Sansone, el nombre gordo es él mismo, Jonathan Wilson, quien graba casi todos los instrumentos de las trece largas canciones que lo integran. La más corta dura poco más de cuatro minutos, pero esta clase maestra de pop es tan pero tan disfrutable que los 78 minutos de duración se pasan volando. Genio.

14.Elvis Costello & The Roots – Wise up ghost and other songs: Mucho buen gusto junto. El amor musical a “primera vista” que resultó del encuentro entre el genio inglés y la banda de Questlove en el show de Jimmy Fallon fructificó en uno de los álbumes más deliciosos del año. Letras agridulces vestidas con pop, rhythm and blues, soul, funk y hip-hop de altísima factura reafirman la fascinación de Costello para trabajar en un disco de colaboración (como lo hiciera antes con The Brodsky Quartet, Allen Toussaint y Burt Bacharach, entre otros) y su capacidad para dejarse permear de otras maneras rítmicas, tanto como de dejar su impronta en cada canción. Derrochando elegancia, como siempre.

15.Billie Joe Armstrong + Norah Jones – Foreverly: Lo que en principio, parecía una reunión extraña dejó un resultado entrañable. Jones y Armstrong pusieron manos a la obra para hacer un remake del álbum “Songs our daddy taught us” grabado en 1958 por los Everly Brothers echando mano del cancionero country tradicional. El encanto de Norah Jones contagia a Billie Joe para dar en el blanco gracias a un repertorio infalible y dos voces en perfecta armonía. Siempre que un ejercicio así reivindique, sin pretensión alguna, a la música popular estará de este lado de la acera, en la que el sol calienta. Alcanzó Phil Everly a ser testigo de cómo su influencia se ha extendido hasta las generaciones más recientes gracias a este disco.

es Umberto Pérez
Escriba a este autor | Todas las entradas por

Comentarios Cerrados.