Conocí a Depeche Mode a finales de los ochenta, me gustaba, aunque era más fan de Petshop Boys o Erasure, todo hasta que un día a Lucho Barrera se le ocurrió poner en su programa Metal en Stereo, algunas piezas del disco en vivo 101, grabé el programa y ahí empezó un romance, que ha tenido momentos flacos, otros muy intensos, y que ha perdurado hasta ahora.
Asistí de manera un poco escéptica al concierto de Depeche Mode en el Parque Simón Bolívar, los anteriores desórdenes me hacían temer un poco, afortunadamente al llegar me encontré con la Bogotá que me gusta, un clima frío pero benévolo, gente ordenada, acatando las normas de la organización y una policía respetuosa. La espera estuvo un poco larga, la entrada estaba pactada primero a las 5 luego a las 4 y finalmente se dio cerca de las 6 pm.
Ingresamos pasadas las 7, era agradable ver gente tan diversa apostándole a un mismo espectáculo, en una verdadera convivencia por una banda que era el sueño de muchos capitalinos. Pero inmediatamente, noté los problemas de visibilidad para muchas personas, hay que ser pariente de Pie Grande o Chewbacca para ver bien en el Simón Bolívar.
Empezó la espera y pasadas las 8 de la noche inició la presentación de la banda telonera Angele Phase, una propuesta de rock electrónico colombiana, con momentos muy interesantes, sin embargo, el sonido no les ayudó y el público no se convenció del todo con su música. No es fácil tocar ante todo ese montón de gente y en esas condiciones, aunque los felicito, pero creo que si bien la banda fue escogida por el artista principal, hubiese sido más lógico que Diva Gash, Superlitio o una banda de más recorrido tocara antes a Depeche y que Angele Phase, abriera el espectáculo, como sucedió por ejemplo en Costa Rica donde tocaron 4 agrupaciones antes del acto principal.
Después de las 9 pm, sin mayor antesala se encendió la pantalla de alta definición y empezó la cosa. In Chains, canción del Sounds of the Universe abría el show, ya se apreciaba la increíble voz de Dave Gahan, muy fiel a las grabaciones, luego el éxito Wrong y posteriormente el primer clásico de la noche Walking on my Shoes.
Y así vinieron canciones como Precious, Policy of truth, Home, Enjoy the silence y la que para mí pagó la boleta: Somebody de 1984, la canción más vieja que tocaron y en la cálida voz de Martin Gore, quien además ha afianzado su papel de guitarrista de una manera sorprendente y quien la interpretó con todo el sentimiento propio de esta canción.
Nunca creí escuchar canciones como Behind the Wheel, Question of time o Stripped y más aún nunca creí que disfrutaría Personal Jesus de nuevo, la versión fue muy buena con un sonido de guitarra increíble, la voz de Gahan y unos visuales maravillosos y aunque me prometí no bailarla ni cantaría, estuvo realmente brutal, e incumplí. El cierre estuvo a cargo de Waiting for the night una tenue canción del disco Violator. Y así, se cumplió el sueño de ver a Depeche Mode en vivo, con nostalgia, con recuerdos de la infancia y con la certeza de haber asistido a uno de los mejores conciertos de mi vida.