Cortesía de la Casa

Para el momento en que Jake Edward Kennedy (Cliffton, Nottingham; 1994) comenzaba a gatear, ‘Definitely Maybe’ de Oasis daba la nota más alta de lo que en el primer lustro de la última década del siglo pasado se conoció como Britpop.

Dieciocho años más tarde, aquel que era un niño de brazos cuando ‘Supersonic’ y ‘Live Forever’ eran himnos de facto en toda Gran Bretaña, publica su primer álbum, debutando como el disco más vendido en Inglaterra en la semana anterior.

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El pasado mes de julio nos trajo de vuelta la inconfundible voz de Eleanor Friedberger, vocalista de The Fiery Furnaces, el grupo que ella y su hermano Matthew formaron en Brooklyn en el año 2000. Después de varios años en el grupo, y siguiendo los pasos de su hermano (quien también tiene un proyecto aparte), Eleanor llegó este verano con su debut como solista titulado Last Summer.

De ese disco, presentamos esta versión acústica de “I Won’t Fall Apart On You Tonight”, en vivo en Soundscapes, una tienda de discos en Toronto.

Y la versión de estudio, para llevar de regalo:

mp3: Eleanor Friedberger – “I Won’t Fall Apart On You Tonight”

Audio clip: Adobe Flash Player (version 9 or above) is required to play this audio clip. Download the latest version here. You also need to have JavaScript enabled in your browser.

Algo de The Fiery Furnaces para recordar: “Even In The Rain”.

Metals, el nuevo disco de Feist, sale en octubre de este año (¡por fin!). Todas las semanas aparecen pequeños clips con muestras de las canciones en su página www.listentofeist.com. Acá una muestra:

Feist – Metals # 5 http://youtu.be/_hTa3ma-OBE

Una de las canciones del disco es “How Come You Never Go There”:

The Horrors
Skying
XL Recordings, 2011

Cuando una banda cambia su sonido radicalmente, puede ser algo tan arriesgado que les puede estallar en la cara, como le pasó a Bad Religion con su segundo disco, que resultó tan malo que solo hasta hace poco volvió a aparecer en el catalogo oficial de la banda. En otras ocasiones, sin embargo, la apuesta puede salir bien, como le pasó a The Horrors, que lanzan su tercer disco, “Skying”.

Cuando en 2007 lanzaron su disco debut “Strange House”, lo hicieron mostrando un sonido fuertemente enraizado en el horror punk y realmente no lo hacían mal, dejando ver a una banda que, si bien estaba metida en un género que es bastante efímero y no tiene mucha profundidad, podía hacer cosas interesantes. Sin embargo, dos años después, su disco “Primary Colours” dejó ver a una banda que lo único que tenía en común era el mismo nombre e integrantes mas no tenía el mismo sonido; el álbum lanzado en 2009 los metió de lleno en el sonido del shoegaze con guitarras distorsionadas importadas de las mejores épocas de My Bloody Valentine y con un sonido en el que funcionaba mejor la voz de su vocalista, Faris Badwan.

Como suele pasarle a muchas bandas que empiezan haciendo shoegaze, The Horrors terminó pasando casi sin darse cuenta al dream pop. Las canciones del disco son menos densas e infinitamente mas accesibles, sin que ello implique una merma en la calidad o que subestimen a su audiencia, como lo demuestra de forma contundente I Can See Through You, tercer corte del disco. Aún en los temas mas crudos y aparentemente sencillos como Monica Gems, hay una densidad y solidez sorprendentes. Por donde sea que se le mire, “Skying” es un disco que no tiene presa mala, funciona como un todo y cada canción por si misma es brillante. La apuesta de The Horrors por un sonido más serio y menos adolescente ha pagado bastante bien.

Ah sí, y el disco de Bad Religion que mencioné al comienzo se llama “Into the Unknown”. Es tan, pero tan malo que el siguiente EP que lanzaron se llamó “Back To The Known”. Ahí les dejo esa inquietud.

Marky Ramone’s South American Blitzkrieg

Teatro Las Vegas Nevada (Calle 59 # 13 – 65)
Viernes 20 de mayo de 2011
Bogotá, Colombia

Cuando Green Day vino a tocar en Colombia el año pasado como parte del festival Nem Catacoa, le escribí una carta al adolescente de 13 años que alguna vez fui en la que le explicaba las razones para no haber ido a verlos. Cuando me enteré que Marky Ramone vendría a tocar el 20 de mayo en Bogotá, pensé seriamente en hacer lo mismo pero dirigiéndome esta vez al adolescente de 16 años que fui. Sin embargo, ciertas vueltas del destino me tuvieron parado en las escaleras del teatro Las Vegas Nevada, agradeciendo no haber mandado dicha carta.

Es bastante común caricaturizar las giras de bandas como los Misfits y artistas como Marky Ramone de dos formas: con la imagen clásica del músico que no sabe cuándo decir “basta” y sigue tocando hasta inspirar lástima, o como el advenedizo dispuesto a desplumar incautos. Es evidente que Marky Ramone está capitalizando sobre la cantidad de admiradores de los Ramones que nunca pudieron verlos en vivo (me incluyo), pero la verdad es que lo hace muy bien. Últimamente he llegado a la conclusión que la razón por la que las bandas de punk se suavizan con el tiempo es porque el cuerpo simplemente no puede cumplir con la demanda física del género. Sin embargo, Marky Ramone tiene la energía, contundencia y precisión que se le ve en los videos en vivo de Ramones. Su compañero de fórmula, Michale Graves (ex-Misfits), por su parte ha hecho un excelente trabajo apropiándose de un setlist que cubre las expectativas de quienes quieren oír canciones de los Ramones en vivo.

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The Strokes
Angles
RCA, 2011

Corría el año de 2001, yo tenía 16 años y estaba terminando el colegio. Odiaba a todo el mundo, me la pasaba viendo Neon Genesis Evangelion y caminaba por mi colegio oyendo música enfundado en una chaqueta roja que me quedaba enorme. Era la época post-11 de septiembre y -la verdad sea dicha- había una sensación en el aire bastante chafa de ‘¿qué pasará ahora?’. Por ese entonces vine a toparme con los Strokes y su canción Last Nite, convirtiéndose en una de las bandas más influyentes de los últimos diez años y que lanzan su cuarto álbum de estudio, Angles.

En los diez años que han transcurrido desde entonces han pasado muchas cosas, y ciertamente la persona que está escribiendo esta reseña en un computador no es el mismo adolescente de gafas de marco redondo; el cambio es inevitable y si bien se retienen algunas cosas, se le ha dicho adiós a otras para recibir elementos nuevos, a veces a regañadientes, a veces con los brazos abiertos. Lo mismo puede decirse del sonido de la banda. El trabajo de 2006, First Impressions of Earth fue un intento desesperado de mantener las cosas tal y como eran, pero que fracasó (no diría que miserablemente, pero fracasó), Angles por su parte, muestra como la banda llegó a esa misma conclusión sobre lo inevitable del cambio, con un sonido que en términos de espíritu recuerda a su álbum debut, Is This It, pero cuya forma atestigua el paso del tiempo en sus miembros.

Aunque el proceso de grabación fue bastante fracturado, con Julian Casablancas enviando sus colaboraciones vía correo electrónico en un intento de soltar el control creativo del disco, experiencia que Nick Valensi encontró altamente desagradable, el álbum se siente sorprendentemente cohesionado, con un sonido que acepta el inevitable paso del tiempo y que, si me permiten el comentario un tanto sensiblero, funciona como un mensaje en la botella para el adolescente de 16 años que fui, diciéndole que las cosas van a cambiar.

Asobi Seksu
Fluorescence
Polyvynil, 2011

Cuando hablaba del más reciente trabajo de Los Campesinos!, hablaba de cómo la relación con los discos de una banda cambiaba tras haberlos visto en vivo, de la suerte de complicidad que se generaba y de la cercanía que se sentía hacia la banda. A riesgo de sonar un poco presumido, esa sensación se multiplica tras conocer a la banda y conversar un poco con ellos. Hace poco menos de dos años, tuve la oportunidad de conversar con Asobi Seksu durante su presentación en Bogotá y puedo experimentar un poco ese efecto del que estoy hablando con su nuevo disco de estudio, Fluorescence.

En esa ocasión, tuve oportunidad de preguntarle a Yuki Chikudate (vocalista de la banda) sobre el cambio experimentado por el sonido de Asobi Seksu en los últimos años. Algunas canciones de su trabajo de 2006, Citrus, empezaban a inclinar el balance que su música tenía entre el shoegazer y el dream pop a favor del segundo, inclinación que se hizo mas fuerte en Hush, lanzado en 2009. Cuando le pregunté a Chikudate sobre el tema, ella me explicó como sentían que dicha progresión era apenas natural en su sonido, y pensando un poco al respecto, es una afirmación tremendamente cierta. De la misma manera que algunas de las bandas que inician haciendo punk terminan haciendo algo completamente distinto porque es difícil mantenerse haciendo la misma cosa por mucho tiempo, es difícil estar toda la vida haciendo muros de sonido con ladrillos de feedback ensordecedor. Si bien el disco tiene temas como Trails con guitarras que tienen una evidente inspiración en My Bloody Valentine, o Coming Up con voces sumamente etéreas, otras canciones como Trance Out, Leave The Drummer Out There o My Baby tienen un sonido bastante difuso y difícil de atrapar que sin embargo no resulta tan agresivo para el oído de quien los encuentra por primera vez.

Así las cosas, Fluorescence es un disco que reafirma el cambio en el sonido de Asobi Seksu, pero lo mas importante, deja en quien escucha a la banda la convicción que si, es un cambio necesario y que la banda está haciendo bien lo que hace ahora.

Foto por María Cardona

LCD SOUNDSYSTEM en Bogotá (25.02.2011):

Festejar como si no hubiera un mañana.

Algunos durante mucho tiempo creíamos que el día en que veríamos en vivo a LCD Soundsystem, sería en alguna lejana edición de un festival internacional: un Coachella 2017 con sobrecupo, o un festival brasileño con 10 tarimas simultaneas, o un Glastonbury versión folk sin enchufes y con tarima iluminada por energía solar. O también temimos que nunca lograríamos tal hazaña cuando, el año pasado, James Murphy anunciaba que el proyecto no iría más.

Pero todo se dio de repente. La visita de LCD Soundsystem a Bogotá, en un renovado auditorio de Chapinero, se convirtíó en su primera y ultima presentación en estas tierras debido a su “retiro anunciado”. Todo al mejor estilo de esta vida del siglo XXI: ¡Ahora o Nunca!, festejar como si no hubiera un mañana….

Un set inicial con la descarga dance del repertorio, las del último álbum: “Dance Yrself Clean”, “You Wanted a Hit”, “Drunk Girls” -una de las mas cantadas por el publico… ebrio femenino-, las clásicas “Get Innocuous”, “Tribulations”, “Yeah”, el superclásico televisivo “Daft Punk esta tocando en mi casa.. sí, ¡en mi casa!” la grandiosa “All My Friends”.  En el entretiempo los asistentes estaban en un increíble estado de éxtasis… Creíamos que vendría una segunda parte con más de esos hits extensos de 10 minutos. Lo que vino luego fue un set un poco más calmado: “Someone Great”, “Home” y un cierre de ensueño con la muy melancólica “New York, I Love You But You’re Bringing Me Down”.

Foto por María Cardona

El guitarrista Al Doyle -también integrante de Hot Chip- no ocultaba su dicha de volver a Bogotá luego de la visita de noviembre, al despojarse de su camisa y haciendo un ruido satánico con su guitarra luego de interpretar “Movement”. James Murphy cantaba como loco, caminando por el escenario revisando que todo estuviera full conectado. Su señora Nancy Whang, quien estaba al frente en la formación, denotaba algo de cansancio, pero se gozaba la cosa. Y queda aplaudir el excelente estado físico del baterista, ubicado a la derecha del escenario. -Quién sabe cuando se volverá a ver eso en un escenario bogotano-.  Impresionante.

Una buena fiesta con muchos sintetizadores, mucho baile, alcohol, buena compañía, buen ambiente… ¡como si no hubiera un mañana!  Gracias LCD Soundystem.

NOTA DE LA REDACCIÓN: La nota agria de esta buena fiesta, fueron los desmanes ocurridos dentro del auditorio: peleas, chalequeos, robos de celulares, maletas, sobrecupo y estrechez, chicos y chicas alicodrogados que tiraban pedazos de botellas a mansalva. Sí, es verdad que esto era para celebrar como si no hubiera un mañana, pero estos incidentes por instantes bajonearon la euforia de los asistentes. ¡Eh! no todos los eventos de artistas de la línea de agrupaciones similares a LCD tienen que ajustarse a ese formato de “uhh fiesta, fiesta”. Hay que mejorar eso, hay que mejorar la organización y la seguridad o de lo contrario será programar conciertos vespertinos con cerveza sin alcohol y animadores arrendados. Seguro que no queremos eso. ¡Ahh Bogotanos!, ¡ah chapinero! ¿Por qué todo tiene que ser así, ah?

Mogwai
Hardcore Will Never Die, But You Will
Sub Pop, 2011

Quienes siguen mis desvaríos en twitter, además de merecerse la Cruz de Boyacá por aguantar las babosadas que digo, deben conocer el interés que tengo por el sonido de la banda escocesa Mogwai y por el post-rock en general. Por eso mismo, estaba muy pendiente de los lanzamientos que iba a traer febrero de este año, los cuales incluían el séptimo disco en estudio de la banda, Hardcore Will Never Die, But You Will.

El sonido de cualquier banda es como un tiburón, si no para de moverse, se hunde (no sé si eso sea realmente cierto pero me sirve para la explicación), y la banda de Glasgow está perfectamente consciente de ello. Al mismo tiempo, también está consciente de que tampoco puede transformar la música que hace en una bestia completamente irreconocible hasta para ellos mismos, y el hecho que este disco sea producido por Paul Savage, quien también produjo el Mogwai Young Team es prueba de ello. Cada una de las diez canciones del disco funciona como una síntesis del sonido de la banda en estos últimos quince años. Canciones como Too Raging Too Cheers tienen el aire épico y masivo que ha caracterizado a Mogwai, mientras que el sencillo de lanzamiento, Rano Pano es una carta de amor a las distorsiones ensordecedoras por las que se han hecho conocidos Stuart Braithwaite y compañía; How to Be a Werewolf por su parte mantiene la tradición de Mogwai de hacer por lo menos una canción catártica en cada disco, de esas que hacen dar ganas de pararse en medio de algún campo abierto y gritar.

Hardcore Will Never Die, But You Will es el mejor álbum de Mogwai hasta el momento, mostrando una banda que tiene un dialogo honesto con la música que hace y que está dispuesta a explorar los caminos que éste toma.

Julián Mayorga

Maquinariaparadesmedireltiempo

Independiente, 2011

Fue hace casi un año que vi al músico tolimense Julián Mayorga, junto a Andrés Gualdrón, Juan Pablo Bermúdez y Mau Gatiyo en la primera edición de las Sesiones Mínimas de la Fundación Barrio Colombia en Bogotá. En los diez meses que han pasado, estos cuatro músicos han estado dedicados a varios proyectos que empiezan a ver la luz, como es el caso del álbum de Julián Mayorga, Maquinariaparadesmedireltiempo, disponible en su página en bandcamp.

Mientras que Andrés Gualdrón ha decidido explorar un sonido que combina una marcada sensibilidad pop con dejos experimentales, Mayorga ha optado por recorrer un camino a todas luces lo-fi, lo que demuestra un tema como “Las flores del jardín”, con sampleos vocales en loop alrededor de los cuales se construye el resto de la canción. Por otro lado, “Árbol” es un tema con una inspiración mas minimalista, con una reverberación que logra crear un muro de sonido frente al cual se dispone la voz de Julián. Finalmente, “Acobardado” es la canción que representa la otra vertiente del disco y que lo confirma como un cantautor sólido, con una voz provista de una cualidad rasposa y agreste en ocasiones, lo que viene a ser su principal cualidad y atractivo.

Maquinariaparadesmedireltiempo es la confirmación de un movimiento Lo-Fi importante en el país, que incluye a artistas como Juan Smith, y que muestra a un músico que ha logrado construir un lenguaje propio, pero que está consciente que hay mas por explorar y hacer con su música.