Si bien este espacio en Cortesía de la Casa está dedicado a la reseña de nuevos álbumes, sería un grave error de mi parte no comentar sobre los hechos de los últimos días. Es curioso que está década que ya está por terminar esté marcada por la muerte de tantos personajes, entre ellos el Rey del Pop, Michael Joseph Jackson.
Todos recordamos donde estábamos cuando se conoció la noticia de la muerte de Pablo Escobar, recordamos que estábamos haciendo cuando se cayó la primera torre del World Trade Center, y recordaremos donde estábamos cuando nos enteramos de la muerte de Michael Jackson. Ya con varios días de pasada la noticia, aun resulta un poco difícil de digerir el hecho que el artista pop más importante de los últimos cuarenta años haya muerto (No, no siento que esa afirmación sea exagerada). La verdad es, que por más que nos hubiera gustado tener a Michael Jackson por mucho tiempo, ese tipo de vida no estaba reservada para él; como showman nato que era, tenía que morir en su ley, mientras preparaba su gran regreso, con lo que dejaba una huella mas grande. Ahora todos nos preguntamos que hubiera sido de esos cincuenta conciertos, ¿El regreso por la puerta grande de un viejo caballo de guerra? ¿Un episodio más en la caída de alguien que se convirtió en una triste caricatura de sí mismo? No hay forma de saberlo, y la cantidad de vueltas que se le dará a esa pregunta garantizan que el nombre ‘Michael Jackson’ tenga tanta o más exposición que en los años antes de su muerte, logrando salirse con la suya.
Siempre es muy difícil hacer una distinción entre el artista y la persona, y el caso más obvio de esa situación es con Michael Jackson. Si bien es un poco llover sobre mojado, hay que decirlo: Thriller es el álbum más importante de los últimos treinta años, y seguirá siéndolo por un buen tiempo, más que Nevermind, mas que OK Computer, Re, Post, Loveless o cualquier otro que se pueda mencionar, cada uno de los cortes de ese álbum tiene algo que satisface a cada oído; apela a las masas sin por ello dejar de ser un disco poco inteligente y su efecto se ve aun hoy; hace unas horas veía una presentación de NSYNC en los premios MTV del 2001, con rutina de baile de Michael al final, y es sorprendente ver como en poco más de un minuto, logra hacer lo que la Boy Band de marras hizo en todos sus discos. Convirtió al videoclip en algo más que una herramienta de promoción, hizo de él una forma de expresión visual, tampoco resulta descabellado decir que directores como Spike Jonze, Michel Gondry o Floria Sigismondi están donde están ahora gracias a las colaboraciones de Jackson con John Landis, Martin Scorsese y David Fincher. Sin embargo, está la otra cara de la moneda, la de los escándalos resueltos con sumas de ocho dígitos, la de los bebés colgando de balcones de hotel y muchos episodios más.
Sería irresponsable de mi parte como psicólogo que soy intentar dar alguna suerte de diagnóstico, o usar términos de psicología pop como ‘Complejo de Peter Pan’ para intentar explicar una situación que tiene tanto de ancho como de largo, en la que si bien hay conductas cuestionables, también hay una persona con una vida a todas luces anormal y que si bien no da carta blanca, si explica las múltiples dimensiones de una vida que si bien tuvo mucho de brillante, también tuvo episodios tristes y trágicos, que a fin de cuentas, con el paso del tiempo, poco importaran, porque lo único que queda es su obra.
El Rey ha muerto.
Larga vida al Rey.