Regina Spektor
Far
Sire Records, 2009
Es hora de hacer otra confesión que probablemente haga que varios de ustedes envíen mails a Cortesía de la Casa pidiendo mi cabeza: Solo vine a descubrir a Regina Spektor hasta hace poco menos de dos años, cuando su álbum Begin To Hope ya llevaba un buen tiempo en las calles; debido a ello, aun no había podido experimentar con ella esa ansiedad que uno tiene cuando un artista que ha estado escuchando por un tiempo lanza material nuevo, ansiedad que pude resolver hasta hace poco con su reciente álbum de estudio, Far.
Hay un fenómeno muy curioso que ocurre cada vez que sale un artista que se desvían de lo convencional, como lo hace la señorita Spektor con su sonido Anti-Folk: En una grotesca dinámica del mainstream, su propuesta es reprocesada y predigerida, dando como resultado versiones Light de sí misma. En el caso de Regina Spektor, se manifiesta con artistas como Sara Bareilles o Yael Naïm, artistas cuyo sonido parece ser una fotocopia del de Spektor en el sentido que solo explota una dimensión de la propuesta de la artista nacida en Rusia y criada en Nueva York (De hecho, algunos podrían argumentar que Spektor a su vez es una versión de Norah Jones). Por una de esas grotescas jugadas del destino y del pop, Far es un álbum que parece ser una fotocopia del sonido de Regina Spektor. La encantadora cualidad que aparecía en sus anteriores trabajos, con un sonido juguetón y desenfadado ha desaparecido. Temas como ‘Human of the year’ o ‘Genius next door’ parecen tomarse a sí mismos muy en serio, con un sonido solemne y sombrío que termina, de alguna manera, contradiciendo sus letras y dejando a quien escucha las canciones en un relativo estado de confusión.
Por otro lado, pareciera que con el paso del tiempo, Spektor ha elegido por no tomar tantos riesgos, como lo evidencia el sonido más convencional de canciones como Laughing With, o Eet, un sonido carente de la ‘Encantadora rareza’ que acompañaba a los cortes de trabajos como Soviet Kitsch, Songs, o el mismo Begin to Hope. Una carencia que se manifiesta también en el hecho que los juegos y artefactos que hacía Spektor con su voz, y que con el tiempo se habían convertido en su marca registrada han desaparecido casi que por completo, haciéndose verdaderamente visibles solo en Folding Chair, con sus sonidos como de foca.
De la misma manera que Los Simpson terminó por convertirse en una fotocopia de Padre de Familia, en Far, Regina Spektor se ha convertido en una fotocopia de sí misma, igual que las artistas que salieron después de ella. Quizá es por el salto al mainstream o por la multitud de productores del disco, pero Far es un disco que apunta en muchas direcciones sin ser particularmente conciso, y que puede dejar a muchos seguidores de la artista algo insatisfechos.
Eso pasó conmigo.