Embrioncitos Ardientes
Por Julián Gutierrez • Oct 22nd, 2009 • Categoria: CDCreseñas
The Flaming Lips
Embryonic
Warner, 2009
Por: Julián F. Gutiérrez
He de confesar que cuando vi el nombre Embryonic en la lista de lanzamientos a reseñar, lo tomé inmediatamente. No porque los Flaming Lips sea una de mis bandas favoritas, al contrario, siempre he encontrado la psicodelia de la banda de Wayne Coyne como una forma de condescendencia hacia sus escuchas, idea que ha persistido a pesar de las oportunidades que les he dado. Sin embargo, como Ahab y Moby Dick, aprovecho la ocasión del álbum número 12 de la banda, Embryonic para darles una nueva oportunidad.
Siendo fiel a las ideas preconcebidas que tenía sobre el álbum, desde ‘Convinced of the hex’ hasta ‘Watching the planets’ este disco se siente como el producto de un coctel de sustancias que alteran la conciencia; las 18 canciones que componen este álbum doble (Una rareza en estos días) tienen una sonoridad que las hacen oscilar entre aquellas que tienen la propiedad de llevar a quien las escucha del punto A al punto R de una manera tal que uno no se da cuenta por completo, como el caso de ‘Aquarius sabotage’ ‘See the leaves’, ‘Silver trembling hands’ y ‘Worm mountain’. También aparecen canciones que parecen ser una exploración exhaustiva del mismo lugar, de lo cual son ejemplo temas como ‘If’, ‘Powerless’, ‘I can be a frog’, ‘The ego’s last stand’ ‘The impulse’ y ‘Your bats’.
Por otro lado, mis prejuicios alrededor de un sonido difícil de acceder quedaron desvirtuados. Si bien el sonido de Embryonic es un sonido evidentemente experimental, progresivo, espacial y cuantos adjetivos similares se les ocurran que se puedan asociar con el concepto de ‘Muro de sonido’, en ningún momento es intimidante o difícil de digerir. ‘Silver trembling hands’ es el mejor ejemplo de ello, con sus cambios de velocidad que lejos de resultar discordantes, resultan bastante entretenidos, invitando a escuchar mas del disco, como en el The Mars Volta de comienzos de década.
Con colaboraciones que van desde MGMT hasta el matemático alemán Thörsten Wörmann, Embryonic cumple con lo que promete: Es psicodelia, sintonizada con la época y a la que es necesario aproximarse con la disposición abierta para encontrarse con una provocadora experiencia.
Julián Gutierrez es fanático de Los Ramones. Le gustan las películas de vaqueros y las de Bruce Lee y pasó casi cinco años usando unos Chuck Taylor viejísimos. Su kriptonita son las mujeres de pelo oscuro y ojos claros como Alexis Bledel y le gusta dibujar, sin que eso quiera decir que sea bueno en ello.
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“siempre he encontrado la psicodelia de la banda de Wayne Coyne como una forma de condescendencia hacia sus escuchas”… qué agresividad. Podría desarrollar mejor esta idea o simplemente decir que le parece jarto el grupo. Pero por lo menos este álbum promete mucho (voy a resistirme a la tentación del mp3 hasta que lo compre).