Green Day
21st Century Breakdown
2009, Reprise
Green Day es la banda de mi adolescencia. Mis años de pubertad pasaron entre Dookie (De lejos, uno de los mejores álbumes de los noventa), Amnesiac, Nimrod y el muy vilipendiado Warning. Además, mi llegada al segundo piso estuvo conmemorada por el inflama-pasiones American Idiot, así que estoy pendiente de cada lanzamiento de la banda, no solo por tener una apreciación genuina por su música, sino porque también le tengo apego emocional y nostalgia. Es por esto que no podía esperar para hablar de su octavo álbum de estudio: 21st Century Breakdown
Creo que el adjetivo que mejor describe este álbum de buenas a primeras es ‘Grande’ (con mayúscula). Con una hora y nueve minutos de tiempo, escucharlo es como una maratón, sin embargo, a diferencia de su antecesor, no tiene canciones de nueve minutos. De hecho, el corte más largo en 21st Century Breakdown, llega a los cinco minutos y medio, lo cual es bueno para aquellos que encontramos extenuantes temas como Jesus of Suburbia en el American Idiot .
En términos estilísticos, Green Day parece recorrer un camino del cual parece no haber regreso: El del Arena Rock. Cuando decía que el álbum puede ser descrito como ‘Grande’, no solo me refería a la duración de los tracks, o a las 18 canciones que aparecen en el álbum; cortes como ¿Viva la Gloria? (Little Girl), el sencillo de lanzamiento, Know Your Enemy, o Horseshoes And Handgrenades, solo pueden ser tocadas en estadios o festivales al aire libre. Con este álbum, Billie Joe Armstrong y compañía se despiden por completo de la idea de tocar en espacios pequeños y adquieren un carácter masivo que se refuerza con la historia que tratan de contar a través de las canciones.
Y es justamente ese el punto flaco del álbum. Tras ocho años de desmanes de George Bush, el aire político de las canciones se siente como ‘Predicarle a los convertidos’; a estas alturas del partido todo el mundo sabe que la presidencia de George W. Bush fue atroz y nociva, no solo para los Estados Unidos sino para el Mundo, por lo que rumiar ese mensaje se hace un poco extenuante y se siente en ocasiones como un intento de sacar ganancia de un antiamericanismo que en ocasiones se siente más como una moda que como cualquier otra cosa (Antes que digan algo, yo no soy el fanático número uno del Tío Sam).
Si el chico de 12 años que cantaba When I Come Around a grito herido oyera este álbum, acusaría a Green Day por vendidos y abandonaría la banda por completo.
Aunque 21st Century Breakdown tiene una mejor cohesión narrativa que American Idiot, esta producción hará que quienes se sentían desorientados por el álbum de 2004 abandonen por completo el barco de Green Day. Con este álbum la banda se convierte en una bestia distinta, que sin duda alienará a muchos, pero que quizá (con énfasis en el ‘Quizá’) termine atrayendo a otros.