Dicen las estadísticas que el 60% de la información contenida en notas de blogs es incierta e inútil y que el 40% restante es parcializada y potencialmente polarizante. Reseñas de discos, comentarios a conciertos, “descubrimiento” de nuevas bandas, mixtapes, checklists, podcast y toda variedad de contenido tiene en común la pretenciosa autoridad y orgullo de quien se ocupa de publicar y de la inoperancia social de la gran mayoría de información.
Una amiga que estudia francés en un reconocido instituto de la capital me dijo que un término afrancesado para tal fenómeno puede ser: Les écrits de la saleté y de paso no sé si de forma retadora o en burla me dijo: ¿Por qué no escribes una cuestión acerca de Le Prince Miiaou que viene la próxima semana? ¡Claro que lo reseño! No tengo ni idea de qué es, nunca lo he escuchado, probablemente no lo voy a escuchar; además estoy seguro de que dicha banda no tendrá ninguna relevancia en el corto, mediano o largo plazo en la historia de la música, por lo tanto cualquier comentario es oportuno.
No estoy en desacuerdo con que se publique y se llenen contenidos enteros de basura. Al contrario: frente a mayor desinformación más mérito y valoración tienen las pequeñas perlas con las que se puede uno topar en el camino. Además resulta divertido y anecdótico el ejercicio de dar juicio público acerca de algo puramente estético, por ejemplo: se escribió en una reconocida revista de la época acerca de Tom Verlaine -vocalista de “Television”- que su voz parecía el gemido de un gato ahorcado y que el Marquee Moon era un disco para olvidar, que no tendría la mínima trascendencia; lo mismo se ha visto escrito acerca de The Mills o Galy Galeano, entre otros.
Historia de una canción: La primera vez que escuché la canción “Hombre de ninguna parte” aún no tenía título pero en ella germinaba todo el espíritu que hoy la abriga. Ocurrió en un estrecho bar bogotano el jueves 7 de mayo de 2009, Xoel López estaba recién desembarcado de Nueva York y le hacía frente al frío y a la altura tocando para unas cuántas personas que esperaban por él. Cuando la cantó sentí una familiaridad inmediata con la letra y con la música. ¿Por qué? El ritmo latinoamericano estaba presente como el Atlántico mismo, también la nostalgia que nos habita, la luna, los tambores, el barrio, los Beatles y la luz. Una postal sonora que contenía impreso parte de mi código genético (por no exagerar más). La noche siguiente volvió a cantarla no sin antes intentar explicar su origen: “Ya sé que os da igual, pero para mí es importante deciros que esta canción la hice hace un mes y la pobre no sabe ni de dónde es. Nació en Buenos Aires, se crió en Nueva York y ahora está de vacaciones en Bogotá. Lo que no sabe, igual que yo no sé, es dónde vamos a estar el año que viene”. La repitió una vez más al día siguiente volviendo a introducirle apartados del “Nowhere man” beatlero y trasponiendo la palabra “Colombia” en lugar de “nostalgia”, una paradoja extraña en la que hasta ahora reparo.
Suba el volumen, presione play y contágiese de la felicidad que le extiende “Hombre de ninguna parte”.
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También puede descargarla haciendo click acá para que la escuche en donde quiera y cuando quiera, o para que haga sonreír a alguien regalándosela. La canción es gratuita y pública gracias a Xoel López, Juan de Dios y La Caravana Americana.
La versión grabada del concierto del día 8 en el teatro Astor Plaza me mantuvo cerca de ella, escuchándola y tarareándola cada tanto. Un año después, ya con la idea deLa Caravana Americanaen desarrollo, Xoel me hizo llegar una versión demo de “Hombre de ninguna parte” para que funcionara como promoción de los conciertos en Bogotá. La canción ya tenía nombre propio y había prescindido del artículo determinante. El ritmo brasileño de la guitarra acústica se acentuaba con un shaker y una exquisita guitarra eléctrica aparecía como una sombra o la nostalgia que hace mención en la canción; las voces la impregnaban de ánimo libertario y hippie a la vez que una percusión minúscula terminaba de darle la redondez perfecta a una pieza -ya clásica- de Xoel López.
Esto no es una reseña, es el comentario de quien con un tímido ojo avizor propone una cita. Una reseña en el ámbito musical absoluto en este momento es pretenciosa, aburrida y hasta inútil.
Programa OFB:
Golijov – El último round, para orquesta de cuerdas
Cuellar – Fanfarrias y lamentos para orquesta
Silvestre Revueltas – Redes, suite. DIRECTOR: Enrique Arturo Diemecke
Viernes 17 sep. Teatro mayor. 8pm.
Sábado 18 sep. León de Greiff. 4pm
Enrique Arturo Diemeckees un director y compositor mexicano catalogado por la revista inglesa Musical Opinion como “uno de los mejores de nuestros días”. Dicha descripción es corta y vacía, contrario a lo que refleja su hoja de vida: Director artístico y titular de orquestas de alto turmequé como la Sinfónica Nacional de México, la Filarmónica de Buenos Aires y de Flint en Estados Unidos, además de ser director invitado por orquestas de medio mundo actuando al lado de músicos como Mstislav Rostropóvich, Plácido Domingo y Yo-Yo Ma, entre otros; y de haber grabado con múltiples sellos disqueros de renombre como Sony, Decca y Deutsche Grammophon.
En los últimos 7 años he podido degustar de las presentaciones de este director en cuatro ocasiones con la Orquesta Filarmónica de Bogotá (OFB). La primera, 2 de agosto del 2003 en el León de Greiff, dejó la impresión de histriónico, con movimientos exagerados, como si tratara de opacar la orquesta. Contrario al odioso comentario, el repertorio estuvo pausado y emotivo con obras de Dvorák y Rajmaninof; hay que resaltar que ese día presentó una obra de su cosecha titulada “Chocona a Chávez”.
Por Fabián Vega • Aug 23rd, 2010 • Categoria: Mi pueblo fantasma • Comments Off on CDCblog: Mi pueblo fantasma “Christina Rosenvinge en 6 partes y pico”
Por Fabián Vega
Después de un par de amagues, por fin llega Christina Rosenvinge a Colombia. Ya hace como 4 años nos habían ilusionado con un concierto que en principio pospusieron para luego cancelarlo definitivamente. Ahora, como toda una reivindicación, la tendremos por partida doble, el 25 y el 26 de agosto en La Puerta Grande en Bogotá.
Christina Rosenvinge en vivo
La Puerta Grande
Carrera 12 #93-64, Bogotá
$70.000 y $80.000
Informes y ventas: 636 3425/27
Christina Rosenvinge se da el lujo -que muy pocos artistas pueden darse- de que su último disco “Tu labio superior” sea el mejor álbum de los 10 discos su carrera. Esta cantautora española está haciendo música desde los ochenta, tuvo gran popularidad internacional en los noventa gracias a su banda Christina y los subterráneos, luego atrajo la atención de Steve Sheeley y Lee Ranaldo de Sonic Youth, con quienes inició su etapa de independiente escribiendo canciones en inglés, y ahora ha vuelto a su lengua original y a las disqueras grandes, sin descuidar por esto sus composiciones.
Es una lástima que casi siempre se le recuerde como “la de los Subterráneos”. Me temo que la cancelación de su concierto en Bogotá en 2006 tuvo que ver con haberlo promocionado al mejor estilo “Full 80s” como un concierto retro de “rock en español”, pues compartía cartel con Jorge Gonzalez de Los Prisioneros. Esperemos que con este concierto se conozca el resto de su música.
La última vez que la Rosenvinge (el apellido es danés pero no se preocupe, pronúncielo como suena, los españoles no son esnobs con eso) vino a Colombia fue en 1994, cuando tocó en Medellín y Bogotá, si no estoy mal, con La Unión (otro clásico del “Rock en tu idioma”).
Para no seguir con la carreta fácilmente “wikipediable”, he escogido 6 videos de todas sus épocas. Por lo que he podido ver, su repertorio en vivo toma canciones de casi todos sus discos, así que para todos hay.
Hay mujeres a las que Disney, la trilogía de las Marías de Thalía y las comedias románticas de Meg Ryan les (nos) jodieron la cabeza. Mujeres que siempre están buscando el partido perfecto, aquel galán que en sus profundos ojos ingenuos esconde la promesa de un rescate de esa vida de sirvienta con mansión, perro y mayordomo. Esa ilusión de príncipe que con un beso salva a la princesa de intoxicación de manzana, ese Eduardo Capetillo que monta corcel a pelo, sin camisa, y que en ese torso desnudo condensa promesas de romance adolescente y de buenos polvos. La verdad es que ese tipo de galanes generalmente no da la talla. Hay que volver a tiempos más sencillos en donde para seducir los hombres sólo necesitaban armarse con un micrófono, un buen secador y un buen pantalón de paño. Este top 5 está dedicado a los verdaderos galanes, a los galanes de la canción que otrora hacían suspirar a las jovencitas. Verdaderos machos que no temían apostarlo todo al amor y perderlo. Que no temían llorar en publico. Que envolvían su ropa en bolas de naftalina y se aplicaban laca para lograr un peinado tipo Farrah Fawcett. Verdaderos galanes que me inspiran.
5. Sandro – El maniquí
Sandro, el más grande de todos, antes de que comenzara a fumar en cadena y se jodiera, era un hombre guapísimo. Pero no sólo eso, también era un hombre que no temía llorar en público. Al final de esta bellísima composición, Sandro cansado de rogarle a aquella con la que compartió bastantes horas de tibieza (supongo, muchos domingos haciendo mercado en chanclas) rompe en llanto y se desborda. El pobre Sandro comienza a hacerle reclamos, a decirle a su chica modista que él trabajaba para que ella estuviera bien, que era su cuasi esclavo, su donador de sangre (¿?). Después entra en razón y comienza, ya no a llorar sutilmente, sino a gritar a esta pobre modista, a reclamar sus derechos, a decirle que le devuelva lo que es de él (¿capitulaciones?, ¿un divorcio complicado?) pero sobre todo que le dé la vida. Yo intuyo un leve complejo de Edipo en este galán, pero ¿qué sería de los galanes sin mamás o madrastras villanas? Siga leyendo »
Fue una suerte haber conocido a Afrodita justo ahora, cuando están apenas abriéndose camino, con un disco publicado y otro por publicar y un creciente número de seguidores dentro y fuera de las fronteras de su México natal. Son chicos ambiciosos, confiados de su sobrado talento pero muy humildes, y diligentes como hormigas. La Reina del Palenke, editado por el también joven Discos Tormento, combina ritmos y géneros sin complejos; abigarrado y torrencial, como el arte de la portada y el folleto, no es un portento de solidez pero sí de frescura, pasión, inspiración… “Ser naco es tomar todo lo que hay a tu alrededor y aceptarlo sin prejuicios. Hemos aprendido que la revelación ocurre en la medida de la inspiración”. Siga leyendo »
Xoel López, definitivamente, ya no es Deluxe. Xoel reside en Buenos Aires y en los últimos meses ha estado tocando en diferentes lugares de Sudamérica. Hace unos días recaló en Bogotá. En esta impagable y pormenorizada crónica de aquellas jornadas, firmada por uno de los organizadores de sus conciertos en la capital colombiana, se desvela en qué anda Xoel López y cuáles pueden ser sus planes para el futuro.
Xoel López está solo en el escenario del Astor Plaza, un viejo teatro bogotano que hasta los años ochenta proyectaba las películas más taquilleras de Hollywood, y que después la ruina y de ser rescatado de las garras de las sectas religiosas, se ha convertido en uno de los lugares más importantes para conciertos en la capital colombiana desde mediados de esta década.
El escenario está oscuro, apenas una luz tenue baña a Xoel que se acompaña de una guitarra folk, un juego de cinco o seis armónicas y una pandereta para pie que él mismo ha adaptado para tocar con su pie derecho. Viste una camisa azul claro a cuadros, vaqueros color ocre y tenis azules, que sumados a su delgadez, su barba hirsuta y sus anteojos, hacen que parezca un chico buscando buena fortuna en algún café del Greenwich Village. Y podría serlo, pero no. Lo que en verdad busca Xoel López es volver a la esencia de la canción, al estado puro de la misma, y ha decidido hacerlo en el continente americano en su plenitud.
DELUXE QUEDÓ ATRÁS
A finales de 2008 Xoel cerró una etapa tan exitosa como abrumadora. En menos de diez años se había convertido en una de las principales figuras del pop y del rock español bajo el seudónimo de Deluxe. Iniciando en la carretera de la independencia y en lengua extranjera –por cosas de la juventud me confesará–, fue mutando hasta asumir el rol de un singer-songwriter brillante y prolífico que llenaba cualquier sala donde se presentaba. Pero el movimiento –factor fundamental en su proceso creativo– se fue estancando hasta hacerlo sentir encerrado. La solución fue detenerse, mirar hacia otros horizontes, ir hacia ellos para tomar nuevos aires y probar nuevas sensaciones a partir de la calma o la locura americana.
Entonces, en una huida hacia delante dejaba atrás la rutina ciega de una estrella de rock, que va desde la grabación de discos, promoción, entrevistas y giras, hasta el oficio extra de la “opinología”; y en su caso dejaba atrás a Deluxe, una parte de sí con la que no se sentía muy cómodo desde hacía algunos años.
Después de residir varios meses en Buenos Aires, visitar Santiago de Chile, arribar a Nueva York y hacer un concierto al otro lado de los Estados Unidos, en San Francisco, Xoel ya está en Bogotá. Ha llegado con su amigo, el increíble pintor coruñés Jorge Cabezas y esperan llegar a una ciudad en la que –según Google– todo el tiempo llueve. Y sí, más o menos es así. Los de acá rogamos al cielo para que se mantenga abierto los cinco días, en los que los este par de gallegos pararán a conocer un poquito de Colombia, en medio de los tres conciertos que hemos conseguido para Xoel.
Han pasado un par de meses, o quizás un poco menos, desde que le escribí a Xoel por primera vez contándole del interés que teníamos en que viniera a tocar. Mi hermano, el fotógrafo Andrés Wolf, lo conoció en septiembre pasado y le manifestó que unos cuantos “frikis” bogotanos amábamos su música. Él, Deluxe en ese momento, le confesó que para 2009 tenía planeado tomarse un año sabático en el continente americano y que de ser posible le encantaría visitar Colombia. Medio año después estoy hablando en pasado de la visita de Xoel al país.
EN BOGOTÁ
Andrés Correa, quizás el cantautor bogotano más importante de la última década en la escena independiente, es el eje central de todo el andamiaje para que Xoel haya venido. El pasado 8 de mayo celebró su carrera musical con el lanzamiento de un disco que contiene sus mejores canciones de sus cuatro álbumes en estudio. El concierto realizado en el Teatro Astor Plaza fue la excusa perfecta para que el público capitalino conociera a Xoel y viceversa.
Realizar un concierto para un artista independiente –y además cantautor– en Bogotá es un poco difícil, y más aún, si no se cuenta con la experiencia para hacerlo, como en este caso. Sumado a eso debíamos organizar una mini-gira con sus respectivas comodidades para Xoel y Jorge. Debo mencionar que en la visita de Xoel no hubo intermediarios, ni agencia de managment, ni disqueras, ni booking, ni nada. La burocracia no tuvo cabida en esto. Xoel pagó sus pasajes de avión y vino porque quiso. Jamás se habló de pagos ni de comisiones y nunca de dinero, sólo apenas para comparar el precio de una cajetilla de cigarrillos en Bogotá, Madrid y los States.
Con pequeñas ayudas de amigos conseguimos un lindo hostal en el centro histórico de Bogotá, un pequeño café-bar en La Macarena –barrio céntrico de artistas e intelectuales– y un bar indie en Chapinero –reconocido sector bogotano por su actividad nocturna e inseguridad–. Ya teníamos el hotel y los tres lugares en los que Xoel tocaría. Todo lo demás, es decir, quién acompañaría a Xoel y a Jorge, cómo se movilizarían, qué comerían y a dónde irían, lo fuimos solucionando a la vez que avanzábamos en la ejecución del concierto en el Astor Plaza.
Nunca, ni yo ni mis amigos habíamos organizado un concierto de tal magnitud, apenas pequeños conciertos para Andrés Correa o algún otro de los cantautores que hacen parte de la Fundación Barrio Colombia –una joven organización que busca publicar y promocionar las obras de artistas independientes. Pero cuando tuvimos a disposición el teatro no dudamos ni un segundo en hacer uso de él. Tan sólo que no imaginábamos la locura que significa armar un concierto grande en Bogotá: cláusulas, impuestos, venta de boletería, alianzas estratégicas con medios, socios patrocinadores, difusión, publicidad en prensa, publicidad callejera, contacto con entidades gubernamentales, entender en qué consiste y cómo funciona cada una de esas cosas en un estado ideal, y comprender y aceptar cómo se desarrollan en la realidad es adentrarse en un huracán del que sólo se sabe terminará cuando se cierre el telón y se enciendan las luces nuevamente.
COMO UNA CITA A CIEGAS
Un par de días antes a la llegada de Xoel a Bogotá, lo entrevisté para la radio digital Cortesía de la Casa. Veníamos buscando esa entrevista con mucha anticipación pero los viajes de Xoel y mi torpeza la habían hecho imposible hasta entonces. Sólo hasta esa tarde y después de hacer esperar a Xoel una hora, entendí que Nueva York tiene una diferencia horaria de más uno respecto a Bogotá. Pero todo desde el intercambio de e-mails fluía de maravillas. En la entrevista nos contó de su actual estado de liberación, de lo bien que le estaba sentando Suramérica y de la expectativa que le generaba venir a Colombia. Al final Xoel hizo un simpático símil entre nuestro contacto y una cita a ciegas; primero los correos electrónicos, luego una llamada y finalmente el encuentro “tête-à-tête”.
El jueves 7 de mayo a las 6:30 de la tarde Andrés Correa y Xoel López tienen una entrevista en una reconocida emisora universitaria. Andrés y yo estamos ultimando detalles del concierto y vamos tarde para la cita. Mi hermano y Xoel llegarán temprano, será un encuentro enrarecido por el ambiente mediático. Y en efecto, llegamos tarde, ellos ya están allí, Xoel está afinando la guitarra y mi hermano conversa con él mientras que un par de chicas amigas nuestras registran todo en vídeo para un futuro documental sobre la locura del 8 de mayo.
Andrés y Xoel se reconocen gracias a la Internet, se saludan cordialmente y el colegaje hace que todo fluya por buen cauce. En cambio mi saludo con él es formal. Luego viene la entrevista con un par de periodistas que apenas pueden pronunciar su nombre; pero Andrés Correa es un viejo amigo de la casa y se encarga de mediar entre cierta ignorancia de las periodistas y la disponibilidad plena de Xoel para explicar cosas tan obvias como que él y Deluxe son una misma cosa. Igual él lo volverá a explicar a la mañana siguiente en una de las emisoras de la radio nacional con mayor audiencia, y también como esa noche, volverá a interpretar la versión completa e inédita de “Quemas”.
A la salida debemos ir hacia el pequeño café-bar que hemos conseguido para que Xoel toque por primera vez en Colombia y se sienta como en casa en medio de todos los “frikis” que nos sabemos sus canciones. En el camino Xoel saca un cigarro y le pido uno. No me escucha. Mi hermano replica con confianza amiga: –Xoel, que le regales un cigarro a mi hermano. Xoel se detiene. Me pregunta que si yo soy con quien se ha comunicado todo este tiempo. Asiento con mi cabeza. Él abre los ojos y mientras me dice que no entendió quién era yo cuando llegamos a la emisora con Andrés, me da un abrazo inesperado y luego me pasa un cigarrillo. Entiendo de inmediato la generosidad que lo habita. De inmediato empezamos a conversar sobre discos, canciones y músicos. La cita a ciegas al parecer resulta perfecta.
En el bar lo esperan entre veinte y treinta personas. Todos tratan de disimular a su llegada pero la emoción y la alegría de tenerlo frente a ellos se revelan en sus caras fácilmente. Jorge Cabezas, que descansaba en el hotel, llega para que vayamos a cenar, y mientras comemos pizza en una mesa para treinta personas, Jorge aguzadamente le pregunta a Xoel si alguna vez había cenado con todo su público. Las carcajadas se apoderan de la mesa. Empiezo a entender que la comunicación entre ellos dos está mediada por un fino sentido del humor. Durante cinco días junto a ellos no habrá posibilidad para que la tristeza ocupe el lugar de la risa y menos el de la sonrisa.
Ya en el bar Xoel me comenta que quiere tocar lo que nosotros le pidamos y yo le respondo que no, que yo quiero que él toque lo quiera. Su primer concierto en Bogotá comienza con “Es verdad”, canción que acomoda a su “nueva” estética folkie; entonces todo el encaje de rock, pop o soul con el que ha vestido a sus canciones se reduce a la mínima expresión, tal como él lo tiene pensado. El buen oficio de cada una de sus canciones –algunas rayan la perfección– hace que sea la canción y no el formato lo que importe, así, cada canción que va brotando esa noche trae consigo la esencia de un cantautor puro que no concibe otro quehacer en la vida que escribir canciones.
Pero otra cosa a la vez va quedando clara, el espíritu de Xoel López también ha abrevado en las aguas del rock and roll y pese que sólo se “defienda” con una guitarra acústica, una armónica y una pandereta de pie, cada interpretación se va cargando de una fuerza incontenible que se desborda al final con un solo de armónica o de guitarra que se enciende con la poderosa voz de López que domina con arte y maestría. Si al principio creíamos ver a una especie de Bob Dylan a punto de conquistar el mundo al final teníamos una mezcla entre el Neil Young desatado de los Crazy Horse pero sin ellos y el John Lennon en plena terapia del grito primario.
SEGUNDO ASALTO
Dos noches después Xoel está frente a un público un poco más numeroso, pero no tan grande como el de la noche anterior en el Astor Plaza. Y aunque ha conquistado centenares de corazones, un problema en la comunicación impide que sean más de sesenta personas las que lo acompañen en su último concierto.
Pero eso es lo de menos. A eso de las diez de la noche Xoel se vuelve a calzar la guitarra, la pandereta y la armónica y da inicio a la ceremonia con “Historia universal” seguida de una versión escalofriantemente hermosa del clásico mexicano de Tomás Méndez “Cucurrucucú paloma”. La noche es especial y diferente de las anteriores. A Xoel se le nota más suelto –y eso es mucho, ya que suelto ha estado desde que llegó–, juega con sus propias canciones, las enlaza con clásicos de Serrat, Dylan, Edith Piaff y los Beatles. Algo adentro suyo está pasando.
En el repertorio de esa noche –aunque nunca hubo libreto– sorprende su versión acústica de “Perlas ensangrentadas” de Alaska y Dinarama, la gente lo acompaña gritando “flores” en los momentos precisos de la canción y el pub rebosa de alegría cómplice. En efecto, la noche entera es diferente y Xoel ejecuta a la perfección piezas indispensables de su cancionero. Canciones como “De tanto callar” (única vez en Bogotá), “Los días fríos”, “El cielo de Madrid”, “Tendremos que esperar”, “Rostro de actriz”, “Yo ya te conozco”, de Lovely Luna, y “Ver en la oscuridad” suenan hermosas despojadas de todo barroquismo, suenan hermosas desnudas.
Cuando se ve venir el final alguien atrás grita pidiendo “Réquiem (No fui yo)”, Xoel se detiene y explica que canciones como esa y “Adiós corazón” no las está tocando ya que requieren de toda la banda para que suenen como deben, entonces hace una pausa y espeta: –pero podemos probar que tal sale–, la versión resulta más que estupenda, y la comunión entre Xoel y el público ayudan a que así sea. Lo que parece un sueño termina con “Fin de un viaje infinito”, la última canción de su último concierto en la capital colombiana. Xoel está empapado de sudor y rebosante de alegría. La gente también.
LAS ÚLTIMAS HORAS
La última tarde que Jorge y Xoel están en Bogotá es tranquila. Al igual que los días anteriores el clima abona un poco a la calidez del encuentro, y aunque lloviznó durante breves instantes, el sol se ha impuesto sobre los cerros bogotanos. Después de acompañar a Xoel a comprar algunos discos y uno que otro instrumento tradicional –Andrés Correa le ha regalado un cuatro– estamos en el hotel. Mientras el maestro Cabezas pinta obras con marcador sobre billetes de mil pesos colombianos –0.50 dólares aproximadamente– para los amigos, Xoel y yo hablamos de todo un poco, pero sobre todo de música.
Desde que nos conocimos personalmente la música ha sido el cable conector. Pillo que en el viaje está leyendo una biografía sobre Brian Wilson y los Beach Boys, coincidimos en que la obra del genio de California no es el resultado de la pesadilla interna que vive. Hablamos de los Beatles, de Dylan, de Serrat, de Bowie, de Veloso; en otras palabras, hablamos de cosas fundamentales para nuestras vidas. Compartimos la idea de que ni Radiohead, ni Sigur Rós, ni el nuevo folk anglosajón, ni cosa parecida, se acerca al grandioso sonido de los años sesenta y setenta ni a las sensaciones que produce.
Aprovecho para preguntarle por su estado actual y me cuenta que es uno de sus mejores momentos. Sabiamente ha tomado la decisión de alejarse del mundo de la fama para guardarse en el calor del hogar, de los amigos, de las canciones y de una geografía buena que le ha hecho descubrir que extraña a Galicia por sobre Madrid.
Durante este viaje Xoel ha diseñado los carteles virtuales de sus conciertos. El que ha hecho para Bogotá tiene escrita una expresión particular: “Desde España llega el trovador posmoderno a Bogotá”. El término “trovador posmoderno” surgió espontáneamente en una entrevista que Xoel concedió a un medio chileno, pero casualmente es el que mejor se ajusta a sus nuevos días, en los que, como los antiguos juglares va de pueblo en pueblo –en este caso, de urbe en urbe– cantando alguna historia y apropiándose de otra para hacerla canción.
Xoel López está solo en el escenario del Astor Plaza, un viejo y hermoso teatro bogotano. El silencio es penetrante. Atrás de él, unas imágenes se van mezclando de forma sinuosa mientras acompañan a sus canciones –es sorprendente cuánto amor hay por él en Bogotá; las chicas que conforman el colectivo Rot_oscopia, le han regalado dicha mezcla audiovisual para este concierto. Antes de que Xoel subiera al escenario, el proyecto musical El Sueste ha hecho su debut oficial sorprendiendo a todos con una fina fusión de porro –ritmo de la costa caribe colombiana– y elementos de la música electrónica. Después de López, Andrés Correa y su banda harán lo propio con canciones que de a pocos empiezan formar parte del imaginario bogotano. Pero ese instante en el que Xoel está arriba es especial y extraño. Más de 500 personas prestan particular atención a un joven coruñés dado a la fuga, que por cosas del destino –por no decir, de sus canciones– ha recalado en Bogotá.
El genio y el ingenio de López quiebran rápido alguna posible tensión entre él y el público. Hace mofa de lo ridículo que se ve caminando con una pandereta en el pie e introduce sus canciones con gracia para un público que desconoce lo largo y ancho de su obra; pero curiosamente las tres canciones nuevas que interpreta logran detener el tiempo en un instante. “Rosa” es la primera de ellas, una historia preciosa, romántica y conmovedora de una chica que sueña los sueños de Edith Piaff. De haber entendido bien, creo que esta canción hace parte del nuevo disco de Lovely Luna, próximo a estrenarse en España.
Otra de las canciones se llama “Joven poeta”, y es a la vez, un agradecimiento y una súplica descarnada a los artesanos de la palabra –como él. La última que tiene como “working title” “Hombre de ninguna parte”, es la más cercana en el tiempo y el espacio y una clara referencia a la experiencia americana de Xoel; en ella dibuja un hermoso paisaje del trópico y a su gente mientras evoca a los Beatles. Las sensaciones y la emoción que la belleza de la canción produce en el público son indescifrables y poderosas. Xoel termina con “Quemas”, recibe aplausos cerrados y se pierde tras el telón.
Los aplausos y los gritos ascienden hasta el techo, él vuelve y sintoniza de inmediato con la energía que bulle en el teatro. Arranca a cantar “El amor valiente” e incita al público a que lo acompañen a cantar “qué es lo que está pasando… qué es lo que está pasando…”. Sin darse cuenta, lo que está pasando en ese justo momento es que él y sus canciones se acomodan majestuosamente en el corazón de cada uno de los presentes, que tampoco se dan por enterados del suceso.
En el camerino, después de subirse a tocar con Andrés Correa y la banda las canciones “Reconstrucción” y “Ventana indiscreta” –esta última del repertorio propio de Andrés–, Xoel no suelta la guitarra, está contento –no lo he mencionado pero debo decir que a él siempre se le ve así, contento– y no es el único; Jorge y yo sabemos que ha pasado algo bueno. En medio de la alegría y el vino, Xoel celebra con magníficas versiones de “Sangri-La”, de los Kinks, y “All things must pass”, de George Harrison, como recordando sin quererlo que las cosas sólo duran mientras ocurren.
Antes de salir para el aeropuerto, Xoel me confiesa con gratitud que lo de Bogotá ha sido inesperado y sorprendente, y que aunque sólo fueron cinco días, bastaron para saber que quiere volver pronto. Sin la urgencia de concebir su primer disco como Xoel López y con toda la calma del mundo para hacerlo a su manera, Xoel sólo sabe que en 2010 residirá en Buenos Aires y que seguirá aprendiendo de ese estado natural al que bien le ha puesto nombre, la reconstrucción es permanente.
La luna aparece llena y enorme en el cielo bogotano, la ciudad empieza a enfriarse, se hace tarde y Xoel López, el trovador posmoderno, el hombre de ninguna parte, debe volver al norte a cantar a otros mundos. Al fin y al cabo ese es su oficio.
Por Fabián Vega • Jun 5th, 2009 • Categoria: CDCblog, CDCstaff • Comments Off on La popular de Los Telebolitos
Los Telebolitos son una banda pop bogotana. No el pop que se escucha en las emisoras que ponen las mismas 40 canciones todo el día, tampoco el de los reality shows que buscan una nueva “estrella pop”. Es el pop de “La popular”.
Cortesiadelacasa.com habló con Iván Rodríguez, bajista de Los Telebolitos, que se preparan para lanzar su segundo disco “El arte de La popular” y que estarán en el primer festival Cucunubá Pop, el sábado 6 de junio tocando junto a otras bandas colombianas y extranjeras. Hablamos del festival, del nuevo disco, planes y también de vinilos, rock local y el Valencia fútbol club.
Cucunubá es un hermoso pueblito cundinamarqués, muy cerca de Ubaté y a solo una hora de Bogotá e Iván hace parte de la organización. “Es un primer experimento que estamos haciendo para incentivar el turismo hacia Cucunubá, para darle un espectáculo a la gente joven de allá, para que vean otras cosas y vamos a ver qué pasa. Es un poco salido de tono por decirlo así, pero nos la estamos jugando.”
“Los Telebolitos está basado en una propuesta pop. Pop en el buen sentido de la palabra, no lo que normalmente se cree como pop, que es la industria comercial y lo superproducido, lo que cuesta mucho dinero, sino que el pop es popular. La idea es despertar la sensibilidad de todo el mundoy “La popular” es realmente lo que uno ve en la ciudad, somos nosotros, somos todos, es la persona que está en la esquina, es todo el mundo, es un tributo a la ciudad, al común de la gente” dice Rodríguez sobre el título de su disco, próximo a salir.
Así bien, “El arte de la popular” será el segundo disco de Los Telebolitos, después de su autotitulado EP de 2005 (Eje Records) que salió un año después de haber comenzado como banda. Este primer trabajo traía cuatro canciones propias y dos versiones, estuvo nominado a los premios Shock, y su sencillo promocional “Cae” estuvo dentro de las 100 canciones más programadas en Radiónica.
En esta nueva producción son seis los temas, de los cuales uno es una versión de la banda argentina “Juana la Loca” y los otros son originales. Estará listo para el público en julio. “Yo creo que sale en formato físico y también en MP3. Estamos viendo a ver qué podemos hacer, tenemos la fe de poderlo hacer gratis en Internet, estamos ajustando todos estos detalles, es lo último que falta” afirma Rodríguez bastante entusiasmado.
En ese momento salió la pregunta ya clásica en CDC, esperando que alguien se anime a prensar vinilos. “La verdad a mí el vinilo me gusta mucho y de hecho mi colección de discos la empecé en vinilo, después llegó el CD, pero por ahora creo que en vinilo no lo hemos pensado, igual es costoso y no es tan asequible a la gente, ya muy pocas personas tienen una máquina de tornamesa entonces es difícil por ese lado”.
-“¿Pero usted cree que la gente en Colombia algún día empiece a comprar más tornamesas y vinilos?”-
“Yo creo que serían dos clases de público diferente, habrá unas personas muy melómanas y muy puristas que sí les encantaría volver al vinilo, cosa que no me molesta porque el vinilo tiene su encanto y tiene una calidez de sonido que el CD no lo otorga, entonces yo creo que la gente está siendo muy práctica y está usando el MP3, ya casi ni se usan CDs. MP3 en el radio del carro, en el walkman, MP3 en todo lado,”
Para el sencillo “Cae” del primer EP, Los Telebolitos sacaron un video lleno de luces urbanas y paisajes bogotanos muy recordados. Para “El arte de la popular” planean igualmente tener videos para sus dos sencillos. “El primer sencillo va a ser “Las calles de mi ciudad”, así que en el mes de Julio le estaremos dando muy duro; ya la encuentran en streaming en nuestro myspace; para el segundo sencillo si tenemos una ambigüedad con dos canciones, entonces vamos a ver” dice Iván al respecto.
En el 2008, los bogotanísimos Telebolitos viajaban a Buenos Aires a participar en un festival de bandas. “Nos enteramos del Bafim (Buenos Aires Feria Internacional de Música) porque José Gandour, manager del grupo, había estado muy vinculado al festival y nos inscribimos para representar a Colombia, mandamos nuestro demo y nos seleccionaron. Hicimos una presentación que salió súper bonita, el público reaccionó muy bien, la verdad hasta el punto que nos sorprendimos porque pensamos que iba a ser muy complicado por la exigencia del público argentino, pero tuvimos una buena respuesta y la verdad vinimos muy contentos después.”
-“¿Hay planes de volver a Argentina o ir a otros países?”-
“Sí, yo creo que una de las bases de la promoción que estamos montando para este disco es irlo a mostrar afuera, no quedarnos solo en lo local. Yo creo que es un buen espacio que trataremos de hacer porque creo que hay mucho mercado por fuera que cautivar, hay muchas personas por conocer, muchos sitios donde sacar notas, entrevistas y esas cosas, entonces creo que vale la pena hacer ese esfuerzo.”
En la descripción que la banda hace sobre sí misma, en sus letras y en lo que hasta ese momento había hablado con Iván, Los Telebolitos son ciudad, son amor, son fútbol, son videojuegos de antaño. “Son aficiones muy personales, la verdad la estética del videojuego y el retro me gusta mucho, fue el recuerdo de la infancia, de los primeros videojuegos en dos dimensiones, toda la alegría que producía ver esos espectáculos en la televisión de la casa, y el fútbol siempre ha sido una de las grandes culturas populares y me incluyo dentro de esa afición.”
Aproveché entonces y, aunque no soy muy fan del fútbol, indagué por esa línea que tantome gusta de “Nuestro lugar común” canción que abre el primer EP, y le pregunté si era hincha del Valencia fútbol club.
“Es una bonita historia, la verdad conocí una persona muy importante, relevante en mi vida, era época de Champions League, y ella era súper amante del Valencia fútbol club porque estaba Héctor Cúper, estaba “El dragón” Cañizares, Gaizka Mendieta, entonces siguiendo los partidos me pegué al club y seguí disfrutando del Valencia por siempre.”
Iván, antes de formar Los Telebolitos, hizo parte de una de las bandas de rock bogotanas más importantes de los 90, Yuri Gagarin & los Correcaminos, actualmente paralelo a la banda trabaja en asuntos medioambientales, Dana, la cantante, y Andrés, el baterista, trabajan en un estudio de grabación, Sergio, aparte de guitarrista es filósofo.
En 2007, cuando salió al mercado la reedición de la discografía de Hora Local, tanto Los Telebolitos como Yuri Gagarin, en una efímera reunión, hicieron versiones de temas de Hora Local para el disco bonus en el que varias bandas rindieron tributo a esta legendaria banda bogotana de los 90 (que aquellos que no conozcan deben chequear).
El cover de Yuri Gagarin fue “El mundo que los hippies construyeron”, canción que ya se había incluído en “Los Demos” de 1994 pero que se regrabó… o algo así: “fue mitad y mitad, la verdad para el disco original (´94) habíamos invitado a Karl Troller para que hiciera la voz, entonces gracias a la magia de los computadores grabamos toda la instrumentación de nuevo y dejamos la voz original de Karl Troller, pues él todavía estaba viviendo en Estados Unidos, además le quería dar la sorpresaque la encontrara ya en el disco prensada y fue así como trabajamos el cover. El disco tenía ya sus buenos años de haber salido y la calidad del sonido que uno logra ahora es bastante superior a la de esa época y la idea era no rayar con la calidad de todas las bandas incluídas ahí (en el tributo), por eso decidimos regrabar todo pero conservamos la voz original” explica el bajista Telebolito.
Yo seguía intrigado con esa fugaz reaparición de Yuri Gagarin e Iván me explicó: “Yuri Gagarín tuvo dos excelentes guitarristas, muy relevantes en el rock nacional, uno era Andrés Barragán, baterista de Ultrágeno, y el siguiente fue Andrés Martínez, que tiene ahora un proyecto muy bonito que se llama La Monareta, entonces en esa ocasión Andrés (Martínez) estaba en Estados Unidos y me reuní con Andrés Barragán y volvimos a montar elcovery conseguimos un baterista para que hiciera la grabación que fue Germán Alfonso.”
“Héroes Americanos” fue la canción que Los Telebolitos versionaron del clásico de Hora Local. “Hora Local fue una influenciamuy cercana que siempre tuvimos y cuando salió el tributo hice lo posible por meterme porque me parece importante respetar un poquito la esencia musical que había obtenido. Ellos usaban muchas narraciones y la narración del cover la hice yo y me quedó gustando y dije: voy a meter una narración en una canción de nosotros” dice Iván explicando el origen de “Las calles de mi ciudad”, sencillo del último disco.
-“¿Qué banda es la Hora Local de ahora?”
“Uy, es difícil saberlo porque, no sé, el ambiente bogotano ha cambiado tanto a como era en esa época que realmente no identifico una banda que haya seguido esa bandera en este momento… Igual la ideología de la gente joven ha cambiado también mucho, entonces realmente no lo puedo ubicar.”
-“¿Hay escena rockera en este momento en Bogotá o no?”
“Pues a mi me ha sorprendido la cantidad de bandas que hay, yo creo que el nivel ha subido bastante, la verdad hay muy buenas cosas, también hay cosas que no me gustan para nada, pero me sorprende la cantidad de personas que están dedicadas. Antiguamente en una convocatoria a Rock al Parque no eran tantas bandas y eran los mismos de siempre pero ahoritica hay un montón de bandas haciendo cosas, es una escena muy grande, que ha crecidoy me sorprendió mucho que haya pasado eso.”
-“Eso en cuanto a bandas ¿y en cuanto a público?”
“No. Es difícil. La verdad yo creo que hemos bajado un poco porque, digamos que, en los años 90 era mucho más sencillo lograr auditorios más grandes que los que uno logra en esta época y no sé si se deba a que el público está ya más disperso, mucho más repartido por la cantidad de bandas, pero en los 90 uno armaba un concierto y se podría esperar fácilmente 300-400 personas sin ningún problema.”
-“De las bandas de ahora, cuáles le han llamado la atención?”
“Hay muchas bandas que iniciaron en los 90 que me gustan y realmente siento una afinidad muy especial. Me gusta mucho Bajo Tierra, me gustaron en su momento mucho los Estados Alterados, me gustaron mucho las 1280 Almas y antes Hora Local, sentí una gran afinidad por ellos. Ahora, de las bandas nuevas creo que hay varias que están haciendo buenas cosas y que tienen un buen performance. Me gusta mucho Dub Killer Combo, su propuesta; en su momento me gustaron mucho los Wheel, me parece que Poncho es muy buen compositor, también me gusta mucho Pornomotora y digamos que es ese combo.”
Mientras terminábamos nuestras bebidas sin café en un establecimiento especializado en “el tintico” y sus derivados hablamos de lo bonito que es Cucunubá e Iván quiso invitar a todo el público de CDC: “Espero que todos asistan al Cucunubá Pop, la verdad estamos tratando de darle una dimensión diferente al pop en todo el buen sentido de la palabra, es muy amplio, no es un género sino una estructura que espero la gente la entienda y allá estaremos tocando junto a otras nueve bandas.”
No se pierdan entonces a Los Telebolitos, en vivo, en algún bar o auditorio cerca de ustedes y su próximo disco “El arte de la Popular”.
Jorge, mi amigo que vive en Lisboa, me dice que cada mañana lo despierta el canto de los pajaritos muy temprano en la mañana (como si fuera Cenicienta o Blanca Nieves). Es el canto de los pajaritos follando, porque, como nos enseñó Disney, la primavera es la estación del amor. Pues vamos, pongámonos a tono, y aunque acá no nos lleguen esos climas estacionarios, homenajeemos al amor. Hinchemos nuestros pechos con orgullo y echemos vivas para el amor. Celebremos que después de muchos desgraciados llegó mi príncipe azul, y parece que no se me va a convertir en sapo. Tomemos nuestras manos y cantemos al amor, sentimiento maravilloso que inspiró la siguiente selección de las deliciosamente bien nombradas “Baladas románticas”.
5. Ding dong – Leonardo Fabio
Un clásico del amor que llegó a mi porque mi amigo Jorge (el lisboeta insomne) cuando estaba enamorado cantaba esta tonada mientras almorzábamos. Ante la mirada incrédula de sus amigos, nos explicó que así eran las cosas del amor -como Leonardo Fabio las cantaba-. Y pues si, Leo Fa se acerca mucho a la sensación de estar enamorados desde el primer laraila laraila que entona con esa voz profunda.
Esta canción echa mano, con esa tendencia sesentera-setentera de meterle diálogo a la balada, lo que la enriquece ampliamente. Se le abona a la chica de Leonardo el que se hace la difícil cuando él le pide un beso, aunque luego saca la garra y le roba un par. También se le abona el recorrido por la historia musical que hace, pues referencia a los Beatles, a Los Stones, a Palito Ortega y a Leo Dan. También hace referencias al surrealismo: “Si ella dice que los gatos, yo digo pintura fresca”…cosas que sólo los enamorados entienden.
Ahora, este pedazo de diálogo es una joya:
“-¿te gusta el cine?
-uju
-¿Y la música? -También: Vivaldi, Bach…-Si claro, a mi la verdad ¿sabes quien me gusta? Leo Dan
-Leodan?
-sí
-¡uyy a mi también!
-¿SI?
-sí
-Ding Dong Ding Dong….”
Frase romántica/tarada favorita: Hoy yo quiero a todo el mundo y el mundo me quiere a mí. Laraila la la. Larai la la la.
4. Si tú eres mi hombre y yo tu mujer – Ángela Carrasco.
La maravillosa voz de Ángela Carrasco traduce romance. Esta es una de sus baladas más hermosas porque conjuga ese sentir del amor con el erotismo. Aparte, la letra está llena de poesía: ”Dos islas que se buscan
entre la niebla de las dos.” Y más referencias marítimas que me hacen suspirar. Además tiene el bono de ser una balada traducida del inglés, porque yo también la he escuchado en inglés de la voz de la hermosa Celine Dion (cantándosela, imagino, a su esposo que es viejo, calvo y viril). Nada como estar enamorado y sentirse inmortal: “no hay muerte en el mundo
que consiga matar una historia de amor.” Como cosa curiosa, al igual que la canción de Leo Fa, alude al surrealismo -al sin sentido dirían algunos-, cuando comienza a decir que la vida nos oprime, nos oprime el corazón, mi estrella es toda tuya, tu estrella soy yo.
De golpe es poesía, es para entendidos, yo qué sé.
Frase romántica/tarada favorita: Porque el Sol puede mentir. Porque el Mar puede engañar.
Todo puede ser mentira Pero nosotros somos verdad.
3. No sé si es amor – Roxette
Siguiendo la tradición de balada americana traducida al español, Roxette nos regala lo mejor de su repertorio traducido. Esta canción conmueve desde el principio, con su letra profunda e incierta. Alude al erotismo, como buena balada (se debe aclarar que siempre que hablamos de erotismo en este género estamos hablando del uso de las palabras: almohada, sábana, cama y demás), y alude a la sensación de felicidad y obnubilación que nos trae el amor maravilloso cuando entra a nuestra vida. Aunque, no sé si es amor, pero debe serlo, porque me hace cantar en español siendo sueco.
Frase romántica/tarada favorita: Que curioso, siempre juntos, él con nadie
yo con él. Y se me escapa, entre los dedos, medio ángel medio cruel.
2. Tan enamorados – Ricardo Montaner
Amor es…Ricardo Montaner. Desde el pianito del inicio a su voz en crescendo…todo exuda amor. Esta canción conjuga las premisas de la balada romántica que he esbozado arriba: referente a sábana, llamar al amado como amor, frases taradas sin sentido, hasta nos habla de los pájaros follones que perturban a Jorgito. Vale aclarar que todos estos elementos son llevados al extremo de la manera más melosa posible y con el pianito del inicio metiéndose todo el tiempo. Enamorados que le sonríen a la gente como locos, enamorados que se van de camas toda la noche, enamorados que viajen en el tren de la Sabana, abrazo a abrazo, boca a boca, aliento a aliento…ay como me gusta el amor. Como me gusta. Ahora, me pregunto ¿si le digo a mi chico que le ofrezco viaje en tren a Nemocón, todo pago, dirá que si? Es que Ricardo dice que viajar al lado en el tren será un sueño difícil de creer…yo quiero experimentar el romance en el tren de la gallina Maggi.
Frase romántica / tarada favorita: Yo te juro que arriba te amaré más. (Me gusta por lo necia).
1. Completamente enamorados – Chayanne
(Dedicada a la gente de CDC que, al leer lo mucho que me gustaba este tema, decidieron que era pertinente que tuviera un espacio en su emisora).
Cómo me gusta Chayanne en chaleco noventero sin nada debajo. Como me gusta el sentimiento con el que canta esta canción que sencillamente, habla sobre lo que es el amor en su más pura esencia. Estar enamorados es como estar como perro sin dueño, como dos recién casados transgeneristas (tú te pones mi camisa y yo tu falda…), como dos drogadictos maravillosos (pegados…alucinados…borrachos yo no sé de que), como un espectáculo maravilloso para los voyeristas del Parque Nacional. ¡Dios mío Chayanne…¿cómo haces para describir mis relaciones amorosas?! Es sencillamente poético, y recurrente, que no acuda a la sábana para erotizarme…sencillamente utiliza la palabra mágica “morbo”…ay Chayanne, siento morbo por primera vez cuando te escucho. Como me gusta este tema.
Frase romántica favorita: Toda la canción…ahí les dejo la letra:
Colgados, enamorados
Aquí estamos como dos perros sin dueño
Esta noche es imposible tener sueño
Seguro
Pegados, en plena calle
Parecemos como dos recién casado
Cuando todos los amigos se han largado
Cansados
Completamente enamorados
Alucinando con nosotros dos
Sintiendo morbo por primera vez
Y por primera vez tocándonos
Completamente enamorados
Como borrachos yo no sé de qué
Entre las sombras de los árboles
Nos desvestimos para amarnos bien
Para amarnos bien
Para amarnos bien
Amarnos bien compenetrados
Estamos enamorados
Matados, de tanta risa
Con la luna resbalando por la espalda
Tú te pones mis camisa, yo tu falda
Felices
Completamente enamorados
Alucinando con nosotros dos
Sintiendo morbo por primera vez
Y por primera vez tocándonos
Completamente enamorados
Como borrachos yo no sé de qué
Entre las sombras de los árboles
Nos desvestimos para amarnos bien
Para amarnos bien
Para amarnos bien
Amarnos bien compenetrados
Estamos enamorados.